NO HAY PUREZA PRÍSTINA.
Cristóbal Arteta Ripoll.
El cerebro es una caja que nos encierra que nos aprisiona y está lleno más de opiniones que de certezas. Lo caracteriza el viejo conflicto de la Grecia antigua entre doxa y episteme. Pero esa caja está metida en una caja mucho más grande que nos constriñe con más contundencia y fuerza represiva, la sociedad, donde el poder traza como política construir mentiras falsas para gobernarnos en la opresión gracias a que las instituciones ejercen un papel mediador de carácter educativo que nos hace ver las cosas como ellos quieren que las miremos y nos educan, de tal manera, para que nuestro comportamiento se oriente hacia la dirección que ellos creen es la más conveniente para mantenernos alienados, adormecidos y para que no reaccionemos frente a las autoridades que nos oprimen y sojuzgan.
Ello no significa que la constante sean las noticias falsas y que cualquier intento por descubrir la verdad esté condenado al fracaso. En esa lucha dialéctica, en el campo de la política, siempre triunfa la posverdad. Pero la gravedad no está en las noticias falsas, está más bien en el hecho de no esforzarnos para distinguir entre la ficción y la realidad. De hecho, sabemos que no hay un solo político, funcionario público o periodista que pregone la verdad y nada más que la verdad, pero hay unos mejores que otros indiscutiblemente. Como dice Harari: “No hay pureza prístina frente al mal satánico”.
Por eso leer, indagar, descubrir, deliberar es la clave para no aceptar las noticias falsas como normas, para verificar las informaciones recibidas y poner al descubierto nuestros propios prejuicios. Es difícil distinguir la realidad de la ficción y evitar que nos laven el cerebro y lo llenen a su antojo. Por tal razón, insistimos, en el gran esfuerzo que hay que hacer para leer la literatura científica de relieve sobre el caso o casos que nos ocupan y preocupan, es decir libros, artículos, ensayos escritos por académicos respetables revisados por pares. Y si usted cree que la comunidad científica se equivoca no se preocupe que la duda cartesiana te ayuda a conocer al menos las teorías científicas que estas rechazando y te dispones a seguir indagando sobre otras mejores. Así con errores y aciertos, marcha toda en nuestra agitada vida intelectual y cotidiana. Y así conocemos más y nos formamos mejor.
Por las razones anteriores, es que los intelectuales, académicos de todas las disciplinas y desde las diferentes perspectivas debemos inmiscuirnos más en los debates y discusiones políticas que ayuden a desbrozar caminos para avanzar en soluciones de beneficio común. El público en general, la gente sufrida que está permanentemente bajo las balas asesinas de las noticias falsas nos reclama pronunciamientos y acciones en la dirección correcta. El silencio mata la iniciativa pública y es el mejor apoyo al statu quo.
Como decía en la página anterior del observatorio político universitario, titulada: Quietud que no genera asombro, no podemos permitir que desaparezca la capacidad de asombro, porque cuando eso sucede perdemos parte del alma.
Barranquilla, agosto 16 de 2024.
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