QUIETUD QUE NO GENERA ASOMBRO.
Cristóbal Arteta Ripoll.
Cuando perdemos la capacidad del asombro, perdemos parte del alma.
Los docentes de la Universidad no nos reunimos desde hace rato en asamblea general, ni en asambleas por facultades. Pareciera que eso pasó de moda y que ya no es preocupación de las organizaciones sindicales informar, reflexionar y debatir sobre lo que ocurre dentro y fuera del recinto universitario. Justo cuando están sucediendo hechos de mucha importancia que nos deben convocar para dilucidar sobre los mismos.
En la Universidad del Atlántico existen cuatro organizaciones sindicales: ASPU, ASITPODA, ADT y ASEES, las cuales tienen su respectiva personería jurídica. Sugerimos que sus juntas directivas se reúnan y acuerden una única Asamblea General para discutir asuntos que hoy son comunes y nos conciernen a todos.
De pronto, el criterio generalizado es que las cosas marchan bien por la estabilidad administrativa y porque recibimos con puntualidad los salarios mensuales, primas y demás emolumentos económicos. Pero ello no es razón suficiente para estar en una quietud que sorprende e inquieta, sobre todo cuando siempre será ganancia estar preparados ante cualquier emergencia y/o sorpresa.
Para nadie es un secreto que hoy carecemos de información sobre las finanzas de la UA.
En la Universidad de Antioquia hace más de 50 años no se había visto la falta de pagos. Según la información de prensa: “como un hecho sin precedentes han calificado los docentes de la Universidad de Antioquia el retraso en los pagos de la primera quincena de mayo. Aseguran que esto en 50 años no se había visto”.
Pablo Cuartas Restrepo, docente y miembro del Consejo Superior de la Universidad de Antioquia, explicó que “los recursos girados por la Nación, que son los que se dedican a cubrir los costos de nómina de la universidad, no alcanzaron esta quincena”,
Por su parte, Fredy Duytama, docente de la Universidad de Antioquia, opinó: “Nos toma por sorpresa este hecho y de un momento a otro nos dicen que no se va a pagar. O sea, no hubo una previsión, un análisis o una proyección de cuál es el índice de liquidez que tiene la universidad”.
Para la Asociación Colombiana de Universidades, ASCUN, en cabeza de Óscar Domínguez, la falta del pago de la nómina de varios empleados de la Universidad de Antioquia obedece a las tensiones financieras que acompañan el desarrollo del día a día de todas las universidades públicas del país.
Y ojo que el presupuesto de la Universidad de Antioquia, que alcanza los 1,5 billones de pesos, el 50% de los recursos son propios y el 50% restante depende de las transferencias estatales.
El presupuesto de la Universidad del Atlántico asciende aproximadamente a 396 mil millones de pesos, de los cuales la nación aporta 305 mil millones de pesos, el departamento 36 mil millones de pesos y las rentas propias 47 mil millones de pesos. Es decir, a diferencia de la Universidad de Antioquia el presupuesto depende casi íntegramente de las transferencias del Estado.
Parece existir un desfinanciamiento del sistema público que exige reformar la Ley 30 de 1992, y la manera cómo se financian las instituciones de Educación Superior, sobre todo los artículos 86 y 87 de dicha Ley. Sabemos que el gobierno tiene el interés y la voluntad para implementar una reforma integral al sistema educativo, pero ello tropieza con la perversa oposición que transita el camino del anticambio. Si ello no se logra no se garantiza la subsistencia financiera de la educación pública superior en el país.
Barranquilla, 18 de junio de 2024.
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